jueves, 8 de marzo de 2012

No tan amado...

A mis 31 años estoy tratando de entender cómo funciona la ideología sentimentalista. Somos testigos de las publicaciones a favor de la Sra. Presidente en redes sociales. Todas con tintes de fanatismo y un discurso bien armadito con números de base.
Ahora, cuando las papas queman y un funcionario del riñón queda atrapado en la telaraña de la viveza criolla al más alto nivel, nadie dice ni mu. NADIE.
¿Dónde están los soldados del pingüino, esos que vitoreaban a Amado cuando tocaba la guitarra con La Mancha de Rolando? ¿Cuáles los números que lo van a defender? ¿Terminará como otros funcionarios que fueron despegados de la cúpula para comerse solos los escándalos? (léase Micelli, Jaime, Schiavi).
Veremos proximamente si el actual Vicepresidente no se asemeja a su antecesor y de pronto deja de ser AMADO.

miércoles, 20 de abril de 2011

Y ahora, ¿a quién mierda le creo?

Bueno, tal vez el título esté un poco pasado de rosca, no se. Fue lo primero que se me ocurrió, así que una vez más, decidí seguir mis instintos precarios.
Lo que pasa es que me estoy cansando un poquito de esta pelea adolescente que se está llevando a cabo en los célebres medios de comunicación, sobre todo en la querida TV, y sus programas de exhaustivos debates. Creo, sin temor a equivocarme, que hay más panelistas en la televisión que prostitutas; y la comparación no es casual, ojo!
Ahora bien, supongamos que sos opositor por naturaleza. Es decir, sos de esa mayoría de la clase media que siempre se opone, descree, critica y condena al gobernante de turno, por el mero hecho de ser el nuevo blanco de los reclamos, nada más.
Entonces, ves TN y está todo bien, porque alimenta tu bronca como si hubieras escuchado un disco de Pantera después de haber sido expulsado de la final de la Liga de Taxiststas y Colectiveros. Conclusión: sólo querés salir a pisar limpiadores de vidrios en los semáforos con una camioneta monstruo.
A esta altura, ya pegaste una calco en el auto que dice "estoy con el campo", pero no sabés qué mierda es la soja. Ves uno de los tantos programas de archivo y sonreís ironicamente cuando en sus informes, magistralmente editados, destrozan a Moyano, Fernández o Cristina. No hay duda, la tenés re clara: otra vez el gobierno nos está cagando con diarrea de arriba de un puente. Menos mal que existen estos programas ingeniosos y "progres" que desnudan todas las mentiras de los políticos oficialistas.
Llega el fin de año y y te vas de vacaciones. Apagás la tele y te olvidás de la caca que te rodea por ser argentino.
Cuando volvés a tus obligaciones, la prendés de nuevo. Te reincorporás a la rutina anual y buscás tu programa de cabecera en el canal donde lo habías dejado. Pero, oh sorpresa, no está más ahí. Hacés un poco de zapping y lo encontrás en otra frecuencia; "pero está", suspirás.
Después de ver un rato te agarrás la cabeza, no entendés nada. Ahora el mismo programa, con los mismos conductores y la misma ingeniosa forma de editar, reparte palos, pero a la oposición, a los otros medios, a todo lo que esté en contra del gobierno.
O sea que, un comunicador que hace unos meses era un acérrimo opositor, de pronto se dio cuenta de que estaba equivocado, y ahora es un fiel y aguerrido oficialista. ¿Tan panqueque vas a ser? ¿Qué carajo pasó en el medio que no me di cuenta?
Si ves TN un rato odiás al gobierno. Si mirás Duro de Domar te reís de la oposición. Si lo ecuchás a Bonelli sentís que te están soplando la nuca. Si ves 6, 7, 8 en cualquier momento se viene otro golpe de estado.
¿Cómo quieren que les crea? Si hasta hace un tiempo, todos (y me refiero a todos) estaban exactamente en la vereda opuesta.
Dejensé de joder, yo me pongo a ver Gran Hermano, y me olvido de los programas que te proponen "ser más inteligente". Aparte hay más votos para los hermanitos que en una elección para Presidente.
...Con esta reflexión podría ser panelista de algún programa progre...
Guarda la tosca!

viernes, 26 de noviembre de 2010

ACHTUNG!

Ni siquiera se si se escribe así... no importa. Volver del exilio no es fácil. Uno tiene que, primero, sobrevivir. Seguidamente, adaptarse de nuevo a volver. Y por último, decidir si seguir viviendo en este mundo de mierda, o pegarse un tiro en las bolas.
Pero acá estoy, vivto y coleteando (porque no coleamos, coleteamos, como moncholo herido). Y en estas mañanas calurosas, donde la mayor parte del tiempo transcurre estando sentado sin nada, pero nada, absolutamente nada productivo que hacer, decidí darle rienda suelta a esta estupidez de escribir cualquier cosa que se me venga a la cabeza.
Porque esta es la magia de internet. Tener un espacio muy grande y gratuito para expresar hasta la más mínima e insignificante pelotudez que se nos ocurra. Y a raíz de esto (y no en beneficio de este blog, por supuesto), yo me pregunto: ¿hasta cuando el universo virtual va a seguir sin una regulación que delimite contenidos inservibles para dar una dolorosa muerte a sus autores?
Bueno, hasta que esto ocurra, sigamos paveando en este mundo adolescente, donde los chicos suben canciones de mierda, mal hechas con software pirata a myspace (creyendo que un productor norteamericano les va a firmar un contrato millonario), y las chicas postean fotos de sus culos y tetas en facebook (pensando... ¡no se qué mierda están pensando sinceramente!).
Un humilde consejo: disfrutá de los beneficios de la red; mirá, opiná, escribí... hacé lo que quieras. Pero nunca, nunca, nunca creas nada de lo que lees en la pantalla. Es todo mentira. Si querés leer algo de verdad, compráte un libro.
Y a los que mandan cadenas de mail con mentiras tan descaradas como las de la nenita con tumor cerebral (que ya tendría que estar más muerta que la golondrina de Flor de la V, a juzgar por los años que hace que se envió el primer mensaje), les aseguro que van a sufrir en carne propia los designios del destino, que es cruel para con los pelotudos que creen en las maldiciones de Shazam! si no le enviás la virgencita de la isla del sol a 20 personas en 7 minutos.
Me voy silbando bajito una de Palito Ortega, que tanta razón tenía cuando cantaba: "la felicidad ah ah ah ah, me la dio Tudor oh oh oh oh..." Si habrás encerado algún palito...

viernes, 27 de noviembre de 2009

Slumdog Millionaire

Ser uno más en la masa deforme de una sociedad tercermundista, en la que tenés que ser mago para vivir bien laburando, a veces me fuerza a tener esos pensamientos cotidianos que rayan la imbecilidad. "Si me gano el quini...". Y juego de vez en cuando, por supuesto. En el tiempo que pasa entre que pagué mi boleta y veo los resultados del sorteo al otro día, me permito soñar como un flor de pelotudo. Porque la lógica personal (que nunca, pero nunca es lógica) nos dicta el simple dogma de que si jugás, en algún momento lo vas a ganar. Si no fuera así, nadie malgastaría $4 en un papelito con los 6 números más perversos de nuestro teritorio.

Por supuesto que al ver los resultados de cada sorteo, la realidad me pega de lleno en la mandíbula, cual uppercut mortal de la Tigresa Acuña (porque la trompada de un boxeador puede ser letal, pero si te da una mina, aparte de morir, quedarás en la historia como un indigno maricón no merecedor de la vida). Y esta última definición cabría perfectamente para aquéllos que viven del sueño que nunca llega. Y como no quiero ser hipócrita (hoy no; mañana vuelvo), tengo que admitir que a veces me interno en ese maravilloso mundo de la planificación de un futuro que nunca va a llegar. Aunque se justifica plenamente como mecanismo de defensa, para abstraerme de las estupideces monumentales que se comentan en mi trabajo.

La necesidad de escaparle a la monotonía de la realidad, nos puede hacer desear que ocurra ese milagro que nos catapulte, sin razonamiento alguno, a patearle el escritorio a nuestro jefe para mandarlo a la mierda y sacarle una foto mental a la cara de pelotudo buenoparanada que ponga en ese momento. Esa gloriosa posibilidad pareció rozarme de cerca por unas confusas horas, en las que me encontré en una especie de purgatorio económico, a punto de que el destino decida si continuaría siendo un pobre mentecato de la masa subdesarrolada, o pasaría a ser un nuevo rico que malgastaría su inmensa fortuna al mejor estilo Ricardo Fort.

Abrir los mails a las 7 a.m. es el primer acto rutinario que indica una mecánica de negación instantánea. Lo único que me motiva a esa hora al entrar al trabajo, es ponerme frente a la pantalla e ignorar a todo el mundo. No entiendo cómo hay gente que a esa hora se ríe, hace chistes y emana buena onda. Es física y psiquicamente imposible. Por eso reviso el buzón de correo de la misma forma que un okupa miraría debajo de la puerta, aún sabiendo que nadie va a escribir. Porque de todas las personas con las que me relaciono, soy el único que está en un escritorio a esa puta hora.

Hace unos días, cuando cumplía con mi rutina de las 7 a.m., un correo me llamó la atención. Estaba en inglés y no era un virus. Decía algo así como: Felicitaciones, ganó el premio 2009 de Ford Motors Company. Cuando lo abrí, me encontré con un texto formal, de oficina, que me explicaba cómo, por medio de una selección aleatoria de direcciones de mails, yo había sido el afortunado ganador de nada menos que 999.999,00 libras esterlinas (1.638.800,00 dólares o 6.225.400,00 pesos). O sea, de miles de millones de seres humanos que tienen una cuenta de correo electrónico, yo era el único beneficiado por la Diosa fortuna del universo Bill Gates.

Sonriendo a causa del escepticismo que genera una situación de este calibre, respondí el correo para continuar con el "trámite de pago". Así de fácil. Acto seguido, encontré un nutrido número de foros donde había gente de todo el mundo plasmando sus experiencias con estos generosos premios. Se confirmaba la sospecha. Porque, utilizando el sentido común, ni siquiera haría falta consultar sobre estas cosas. Pensémoslo bien: el heredero de Henry se despierta una mañana de buen humor, y mientras lee en New York Times sobre el incremento en las ganancias de su compañía, decide que ya se cansó de utilizar el rostro verde de Franklin para limpiarse el culo. Así que, sintiéndose una especie de Madre Teresa pero con una ducha diaria, determina que Ford le va a regalar un millón de libras esterlinas a algún perejil que se dedique a boludear por internet.

Como si esta teoría reveladora no fuera suficiente para dar por tierra con la mentira de un estafador, al rato recibí otro correo. Esta vez el gigante de la tecnología LG me avisaba que me acababa de hacer acreedor de su premio anual de 750.000,00 euros (4.247.128.00 pesos). Ya acumulaba 10.475.528,00 pesos. Podía hacer mi propio quini 6.

Ford Motors me contestó diciendo que para poder hacerme con el cheque del premio, tenía que pagar los costos de envío. Bien desmenuzado cada servicio, lo que yo tenía que abonar sumaban unas 610 libras (3.800 pesos). Una ganga teniendo en cuenta que acababa de ganar más de seis palos criollos gracias a su empresa. Apelando al sarcasmo con identidad argentina, intenté plasmarlo en mi respuesta escrita en inglés (seguramente nuestros chistes boludos en castellano, en inglés se convierten en pelotudísimos). Luego de explicarle lo que significaba ese costo de dinero para un sudaca y la poca credibilidad de todo el asunto, lo despaché diciéndole que si me pagaba ese costo de servicio le obsequiaba la mitad del premio. Ganábamos los dos, sin dudas.

Pensé que no iba a contestar más. "Este ya se dio cuenta que lo estamos boludeando", creí que diría. Pero me equivoqué. Un estafador puede ser un hijo de puta, pero jamás se sentará en la mesa de los mediocres. Su insistencia es el motor del convencimiento que terminan generando en los giles a los que roban.

Su último correo no tardó en ingresar en mi buzón abstracto. Haciendo énfasis en la preocupación que le ocasionaba mi caso, este caradura me contaba como había logrado que su "gerente" aprobara que me cobraran un importe menor por el costo del servicio (de 610 se bajó a 280 libras), y que se tomaba el trabajo de enviarme "pruebas" adjuntas al mensaje, para verificar la autenticidad del premio. Haciendo uso de mi tiempo laboral al pedo, miré atentamente las imágenes de la mentira: un pasaporte de vaya a saber quién y dos certificados con mi nombre, dirección y leyendas en inglés que afirmaban que yo era el feliz poseedor de tamaña fortuna. Las firmas pertientes terminaban de confirmar la veracidad del premio de Ford.

Tegno que reconocer que tanta insistencia, discurso y envío de documentos dibujados, hace a uno desviarse un poco de la realidad. Este hijo de Antonini Wilson salido del congreso argentino hasta me hizo dudar por un momento.

"Pero la puta madre... y si yo me estoy haciendo el pija y resigno esta guita por creerme un groso que se la sabe?... Me la corto."

Por suerte, la realidad volvió a depositarme bruscamente en mi lugar. Estos forros deben hacer bastante guita con gente que es un poquito más pelotuda que yo, y que por dudar un segundo más, terminan pagando lo que les piden, para luego esperar en la puerta de su casa un sobre que nunca va a llegar.

Decidí no contestar más. En cambio, me impuse ponerle buena onda a mi vida y disfrutar de mi trabajo, porque eso es lo que tengo, y hoy en día es todo un lujo. No funcionó. Enseguida nomás, llegó un último mail. Esta vez la lotería de Inglaterra me había premiado con 2.350.000,00 libras (14.663.143,00 pesos). Mi decisión fue drástica, como el problema que la motivó: cerré la cuenta de correo. Sólo de esta manera evitaría que todos esos números me conviertan en un nuevo protagonista de las salideras bancarias.

Ahora, un poco a la distancia, pienso que en un día gané 25.135.528,00 pesos. Y todavía no pude patear el escritorio de mi jefe.

martes, 10 de noviembre de 2009

Que vuelvan el chileno Alfredo, Ruth Infarinato y el Chico Migraña

Hacía mucho tiempo que no veía una canal de video clips. Desde que MTV comenzó a dedicarse al negocio de los reality shows y el rock empezó a transitar por la decadencia artística del nuevo milenio, la música en imágenes perdió todo el interés que alguna vez había generado en mí.

A principios de los 90, programas como Headbangers eran de presencia casi obligatoria al frente del televisor. Los Video Music Awards tenían un atractivo especial, que no sólo abarcaba las interesantes ternas que abrían el camino al prometedor rock alternativo de la época, sino también por los potentes shows en vivo que las mejores bandas y/o solistas de prestigio, nos regalaban a través de la pantalla.

Hoy en día, los canales musicales se encargan de multiples estrellitas pop, pseudo rockeros de pacotilla, personas comunes que se muestran viviendo sus patéticas vidas y bandas de mierda presentando videos de mierda. Aunque la señal VH1 (de MTV) recuerda nostalgicamente a aquéllos tiempos de antaño, yo no lo puedo disfrutar porque mi señal de cable no lo integra en su puta programación. Así que para mí, salvo por ciertos clips de algunas señoritas que explotan en el tubo del Telefunken, estos canales no valen la pena.

Sin embargo, hace unos días me encontré mirando un video por la tele. Estaba haciendo zapping en una tarde de fin de semana en la que el Fútbol para Todos amenazaba con generarme un coágulo en la cabeza, y me quedé paralizado ante el clip de un cantante. La melodía arrancaba pegajosa y las imágenes se anunciaban coloridas. Se trataba del último video de Mika, un cantante semi nuevo... flaquito, con buena voz (masculina/femenina) y una cierta presencia escénica.

En la historia de los cantantes, han habido y hay señores de la voz que han sobresalido más por sus cualidades artísticas que por sus vidas personales. Y aunque todos sabían que se comían la tarasca, ellos siempre llevaron su putez con una elegancia y un glamour que cualquier Flavio Mendoza mataría por tener.

Freddie Mercury, George Michael, Prince (no se bien para donde tira el negro, pero da re puto), Michael Jackson (este comía todo... y quiero decir TODO). Estrellas que fueron conocidas por el talento, y que en base al buen gusto pudieron mostrarse tal cual eran: unos dignos bufarras. No creo que a nadie, por más homofóbico que fuera, le hubiera resultado desagradable ver algún video de Queen o Boy George, en el que se notara implicitamente, el amor que sentían por el muñeco.

El nuevo clip de Mika transcurre en un dormitorio. Ahí está él, cantando, con su cama detrás, el torso desnudo, zapatillas de Piñon Fijo y boxers de viejo (blancos de tela común, no elastizados). Y cuando la música levanta, este hijo de Bergara Leumann, empieza a bailar frenéticamente, dando saltos de bailarina que revelan la frustración de niño por no haber sido admitido en la Academia de Ballerinas Maximiliana Guerra.

Salta, se envuelve en sábanas y acolchados al tiempo que da giros vertiginosos en el aire, explota toda su expresión corporofacial, corre en el lugar zarandeando su desgarbado cuerpo, sacude sus enrulados cabellos. “El video es un mensaje”, pienso mientras contengo a mi dedo pulgar para que no se abalance sobre cualquier botón del control remoto. Las imágenes me muestran el variopinto vestuario que esta estrella posee: trajes de Pettinato al cuerpo, remeras de Stripper menopáusico, sombreros de Willy Wonka y pantalones brillantes de Shakira.

Y sí, este tipo está pidiendo a gritos que le den felicidad a su rosquete. Sin mensajes ocultos, el flaquito se muestra desesperado por recibir algo que parece negársele hace un tiempo. Hasta Pablito Ruiz lleva su condición de masca trapo con más dignidad que este esqueleto con coxis alegre. ¿Cuándo fue que las ofertas por mensaje de texto de celular mutaron al formato video musical? Mandá Mika al 2020 y recibí el baile alocado del bufarrete.

Aunque mi opinión no le importe a nadie, yo le diría a este muchacho que con los dólares que robó con dos temas pedorros que todas las moscas compraron, se podría garpar un buen taxiboy, sin necesidad de enterrar para siempre su orgullo gay. Porque, como dijo Belgrano en su famoso discurso de 1813, “el hombre puede ser puto, pero primero es hombre”.

Link del video
http://www.youtube.com/watch?v=IKXxb3o_RdQ&
Pueden ver cualquier otro clip de este tipejo. (No hay ni uno como para Coco Silly).