martes, 10 de noviembre de 2009

Que vuelvan el chileno Alfredo, Ruth Infarinato y el Chico Migraña

Hacía mucho tiempo que no veía una canal de video clips. Desde que MTV comenzó a dedicarse al negocio de los reality shows y el rock empezó a transitar por la decadencia artística del nuevo milenio, la música en imágenes perdió todo el interés que alguna vez había generado en mí.

A principios de los 90, programas como Headbangers eran de presencia casi obligatoria al frente del televisor. Los Video Music Awards tenían un atractivo especial, que no sólo abarcaba las interesantes ternas que abrían el camino al prometedor rock alternativo de la época, sino también por los potentes shows en vivo que las mejores bandas y/o solistas de prestigio, nos regalaban a través de la pantalla.

Hoy en día, los canales musicales se encargan de multiples estrellitas pop, pseudo rockeros de pacotilla, personas comunes que se muestran viviendo sus patéticas vidas y bandas de mierda presentando videos de mierda. Aunque la señal VH1 (de MTV) recuerda nostalgicamente a aquéllos tiempos de antaño, yo no lo puedo disfrutar porque mi señal de cable no lo integra en su puta programación. Así que para mí, salvo por ciertos clips de algunas señoritas que explotan en el tubo del Telefunken, estos canales no valen la pena.

Sin embargo, hace unos días me encontré mirando un video por la tele. Estaba haciendo zapping en una tarde de fin de semana en la que el Fútbol para Todos amenazaba con generarme un coágulo en la cabeza, y me quedé paralizado ante el clip de un cantante. La melodía arrancaba pegajosa y las imágenes se anunciaban coloridas. Se trataba del último video de Mika, un cantante semi nuevo... flaquito, con buena voz (masculina/femenina) y una cierta presencia escénica.

En la historia de los cantantes, han habido y hay señores de la voz que han sobresalido más por sus cualidades artísticas que por sus vidas personales. Y aunque todos sabían que se comían la tarasca, ellos siempre llevaron su putez con una elegancia y un glamour que cualquier Flavio Mendoza mataría por tener.

Freddie Mercury, George Michael, Prince (no se bien para donde tira el negro, pero da re puto), Michael Jackson (este comía todo... y quiero decir TODO). Estrellas que fueron conocidas por el talento, y que en base al buen gusto pudieron mostrarse tal cual eran: unos dignos bufarras. No creo que a nadie, por más homofóbico que fuera, le hubiera resultado desagradable ver algún video de Queen o Boy George, en el que se notara implicitamente, el amor que sentían por el muñeco.

El nuevo clip de Mika transcurre en un dormitorio. Ahí está él, cantando, con su cama detrás, el torso desnudo, zapatillas de Piñon Fijo y boxers de viejo (blancos de tela común, no elastizados). Y cuando la música levanta, este hijo de Bergara Leumann, empieza a bailar frenéticamente, dando saltos de bailarina que revelan la frustración de niño por no haber sido admitido en la Academia de Ballerinas Maximiliana Guerra.

Salta, se envuelve en sábanas y acolchados al tiempo que da giros vertiginosos en el aire, explota toda su expresión corporofacial, corre en el lugar zarandeando su desgarbado cuerpo, sacude sus enrulados cabellos. “El video es un mensaje”, pienso mientras contengo a mi dedo pulgar para que no se abalance sobre cualquier botón del control remoto. Las imágenes me muestran el variopinto vestuario que esta estrella posee: trajes de Pettinato al cuerpo, remeras de Stripper menopáusico, sombreros de Willy Wonka y pantalones brillantes de Shakira.

Y sí, este tipo está pidiendo a gritos que le den felicidad a su rosquete. Sin mensajes ocultos, el flaquito se muestra desesperado por recibir algo que parece negársele hace un tiempo. Hasta Pablito Ruiz lleva su condición de masca trapo con más dignidad que este esqueleto con coxis alegre. ¿Cuándo fue que las ofertas por mensaje de texto de celular mutaron al formato video musical? Mandá Mika al 2020 y recibí el baile alocado del bufarrete.

Aunque mi opinión no le importe a nadie, yo le diría a este muchacho que con los dólares que robó con dos temas pedorros que todas las moscas compraron, se podría garpar un buen taxiboy, sin necesidad de enterrar para siempre su orgullo gay. Porque, como dijo Belgrano en su famoso discurso de 1813, “el hombre puede ser puto, pero primero es hombre”.

Link del video
http://www.youtube.com/watch?v=IKXxb3o_RdQ&
Pueden ver cualquier otro clip de este tipejo. (No hay ni uno como para Coco Silly).

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