martes, 20 de octubre de 2009

Bemvindo, filho do Maradona


10 de la mañana...
Y la inactividad constante del lento día de hoy me hace hacer esto... crear un blog.
¿Por qué? No sé...
Y vos, que acabas de entrar y lees estas primeras palabras, te preguntás: ¿qué mierda va a haber acá?
Y yo te respondo que no tengo la más puta idea...
Porque puede haber de todo, que a la vez signifique nada. Todo dependerá de cómo se levante de la cama cada día el cerebro disfuncional que está detrás de todo esto.
Por lo pronto te puedo decir que tanto la dirección que te trae a este blog cual GPS del demonio, el título de esta página infame, y hasta el de esta publicación, están íntimamente relacionados. Aunque no parezca.
Toda nuestra vida es una mezcla de sensaciones que se asemejan al cócktail de pastillas tirabajo con bebidas tirarriba. Y eso no sólo por la simple condición humana... nosotros somos algo más complejos que el ser humano.
Sí, somos argentinos.
Por eso también el título de esta entrada. Porque aunque el programa pseudo cultural de Pergolini, El (Je) Gen Argentino, nos haya puesto en el altísimo lugar de ser hijos del Gran San Martín, sabemos dentro de nuestros hígados destruídos que eso es más falso que el saludo de Rial.
Somos hijos de Maradona. Ese es nuestro gen argentino, sin dudas. Aunque la gran mayoría de nosotros nos llevemos pésimo con la pelota de fútbol. Al punto que la redonda (que según el filósofo Quique "tapperware" Wolf tiene vida propia, y se distingue por ser caprichosa) nos huye despavoridamente cada vez que queremos hacernos los jugadores.
Veremos que sale de todo esto, si es que mañana no me agarra un ataque de apendicitis por la ingesta masiva de zulmalobato´s en Crónica Tv, y el presente espacio queda pululando en la nada... ocupando un inútil lugar en el cosmos virtual.
Chau. Activia llama.

Milo

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